lunes, 30 de junio de 2014

#OBJECTIULABALMA

La entrada de hoy será un poco especial ya que no tiene nada que ver ni con el objetivo que persigo del blog ni con el senderismo.

Los siguientes párrafos van a ir dedicados a todas las personas que hicieron posible que el día 28 de Junio fuera un día tan especial, para ser rápido y no dejarme a nadie diremos que, staff de apoyo y ciclistas, MUCHAS GRACIAS.

La fecha marcada en el calendario, como he mencionado anteriormente, era el 28 de junio, pero todo esto arranca mucho antes. Para resumir, ya que muchos de los lectores ya saben la historia, era una promesa de que si el equipo de nuestra ciudad, el Villarreal CF, se clasificaba para la Europa League, nos desplazábamos gente de los Lluïsos de Vila-real y diferentes amistades al Santuario de la Balma en bicicleta, a 130 kilómetros de Vila-real.

Dependiendo del lector, puede que 130 kilómetros parezcan muchos o pocos, pero hay que analizar las circunstancias. Muchas de las personas que han realizado el #objetivolabalma no habían subido en su vida a una bicicleta de carretera, alguno de ellos ni siquiera tenía bicicleta, otras personas no subían a su bicicletas desde hacía más de 15 años, con lo que el reto para estas personas se puede decir que era doble: empezar a practicar un deporte y hacer una etapa de 130 kilómetros.

Allá por febrero, viendo que la clasificación del equipo era buena, se empezó, como se dice, a menear el cotarro, algún compañero se compró bicicletas de 2ª mano, otros consiguieron de sus amigos y los que ya teníamos la pusimos a punto con lo que poco a poco empezamos a entrenar. Si la memoria no me engaña, antes de Pascua ya casi la totalidad de la expedición ya había empezado a entrenar.

Las semanas fueron pasando y con ellas los almuerzos, las historias, las salidas domingueras… hasta llegar al día D. Por mi parte, creo que de las 20 personas que realizamos la expedición en bici he sido de los 3 que más kilómetros he hecho, calculo que unos 1200, con lo que he llegado bastante bien al día debido a que he tenido bastante tiempo libre. Se me ha quedado un tipín que no veas jaja.

Y llega el día, el sábado 28 a las 6:30 de la mañana quedamos en els Lluïsos para realizar una pequeña ofrenda, impartida por el sacerdote local Marenyà. Después de este momento, sobre las 7 damos por iniciada la ruta que nos llevará hasta Els Ibarsos, que será la primera etapa del día.

OFRENDA

 SALIDA


Esta primera etapa, bajo mi punto de vista, es la más sencilla de todas ya que el sol no calienta aún y el perfil de la ruta únicamente nos obliga en dos momentos a realizar un esfuerzo fuerte: las rampas de la Pobla tornesa y Vall d´Alba. Justo después de pasar Vall d´Alba vamos a tener el susto del día con una caída en la que nos caemos 6 o 7 personas, afortunadamente sin consecuencias, alguna que otra rascadita y averías que se pudieron solucionar.

Aproximadamente a las 9:30 llegamos a Els Ibarsos y nos pegamos un pequeño homenaje almorzando, sabiendo lo que nos espera después. Después de almorzar tenemos el tradicional pinchazo de nuestro amigo Luismi y el pinchazo de Richard, 3 pinchazos en apenas 15 horas.

PANTANI CON LA BICI DE RICHARD


Después de reparar las bicicletas, damos por arrancada la segunda etapa, la temible segunda etapa. Serán sólo 37 kilómetros pero todos subiendo hacia arriba. Como suele pasar cuando aparece la pendiente, nos empezamos a separarnos y a formar grupitos, aunque estaba previsto que fuéramos juntos, pero esto es casi imposible ya que cada uno tiene un ritmo. Aproximadamente al kilómetro 25 de la segunda etapa realizamos una parada técnica para rellenar los bidones y se puede decir que empieza la carrera hasta el Coll d´Ares.

Los 12 kilómetros que nos esperan los podemos separar en dos partes, los 6 primeros con un desnivel suave y los otros 6 que son realmente los duros. La subida, como he mencionado anteriormente cada uno va a su ritmo. Por delante van unos cuantos y detrás nosotros formamos un grupito de unas 10 personas que iremos juntos los primeros 6 kilómetros hasta que empieza el puerto en sí. A partir de este momento yo tengo la suerte de que formamos un grupito de 4 personas: Monfils, Richard, el sacerdote Marenyà y yo, que vamos a ir a un ritmo similar toda la subida, que para simplificarla podemos decir que es una subida constante con 3 rampas muy duras.

COLL D´ARES


Una vez arriba, el staff de apoyo y los ciclistas que han llegado antes nos dan una gran ovación, como haremos nosotros con los que lleguen después. Cabe destacar que formamos una caravana de coches en la subida considerable, creo que algún conductor aún nos estará enviando recuerdos.

Una vez llegan todos los ciclistas arriba, realizamos una parada larga, más de 2 horas, en un bar de Ares para comer, que nos sirven para reponer fuerzas y descansar un poco las piernas después de la dura subida. Una vez finalizada la comida, nos pondremos a la marcha con la tercera y última etapa. Esta etapa consta de 43 kilómetros, que no tienen un gran misterio, son prácticamente todos de bajada menos algún que otro repecho que nos hará entrar en calor.

La verdadera sorpresa va a llegar cuando estamos a punto de llegar a la Balma. A la Balma vamos a llegar en dos grupos, 7 van por delante y el resto llegaremos unos minutos más tarde. El staff de apoyo nos ha preparado pancartas de ánimo e incluso una meta y por megafonía el speaker Felipe también nos va animando. El primer grupo que llega, según me han dicho, se marcaron un buen sprint, entre el Moli y Pablo. Nosotros entramos todos juntos y después de celebrar que TODOS hemos conseguido el objetivo va y nos entregan medallas y todo. Creo que es la primera medalla que gano en mi vida jaja.

LOS PRIMEROS EN LLEGAR


 CON LAS MEDALLAS, ESTILO RAFA NADAL


Después de este duro día de deporte ahora llega lo bueno. Primero realizamos una ofrenda a la Virgen de la Balma para posteriormente, después de una ducha que nos hacía falta, tomar unas cervezas previas a la cena viendo el mundial, no entiendo como no ganó Chile con los ánimos que le dio Felipe  y pegarnos un buen homenaje cenando. Después de cenar algún que otro cubata y a dormir.

SEGUNDA OFRENDA DEL DÍA


Al día siguiente, después del almuerzo, fuimos al rio a darnos un bañito fresquito, que es mano de santo para las piernas, y a comer una paellita a la Venta el Carpio.

Bueno, aquí doy por concluida esta entrada un tanto especial. Quiero agradecer a todos los que han hecho posible esta experiencia, sobre todo a La Congregació de Lluïsos Vila-real.

Un saludo.

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